martes, 12 de junio de 2012

La palabra del profesor prevalecerá frente al alumno en caso de conflicto

  • El docente tendrá la condición de autoridad pública.
  • Podrá sancionar sin abrir un expediente disciplinario.
 La falta de respeto a un docente goza de tal impunidad que puede convertirse en una tradición familiar. Uno de los casos que el año pasado llegó a la oficina del Defensor del Profesor fue el de un maestro de Primaria que sufría la constante falta de disciplina y las burlas de uno de sus alumnos. Llamó a los padres. Éstos le insultaron en una reunión a puerta cerrada. No cabía denunciar la situación: era su palabra contra la de ellos. Se resignó. La díscola criatura pasó de curso. Pero el alivio fue breve. En el aula entró su hermano pequeño, y desplegó un repertorio similar heredado. La respuesta de los padres fue la misma.

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